Salvador Medina (Cantinflas) es un médico que se desenvuelve en las afueras de la capital, es decir, es un médico rural. Se encuentra con muchos y diversos avances tecnológicos en el campo de la medicina, de manera que él precisa adaptarse a las nuevas tecnologías.

Tiene frecuentes conflictos con su adversario, el doctor Villanueva (Miguel Ángel Álvarez "El Men"), su superior. En realidad, el doctor Villanueva lo que desea es la superación científica de Salvador, y, a la larga, de hecho se convierten en cuñados. En su actividad médica en el hospital, el doctor Salvador Medina, de acuerdo con sus principios humanitarios sirve a diversos pacientes levantando su autoestima, como en el caso de una viejita (Prudencia Griffel) quién se siente muy sola y abandonada de su único familiar, un nieto; como también un enfermo que está vendado casi totalmente (Ramón Valdés) de modo que ni siquiera puede alimentarse (Guillermo Bravo Sosa).

Hasta llegado el momento en que conoce a un pequeño paciente, un niño de ocho años recién cumplidos, quién tiene un tumor cerebral, que ya ha crecido lo suficiente como para perturbar la visibilidad. Cantinflas se conmueve con este caso y le brinda atención especial. Aunque el caso está bajo la responsabilidad de otro médico, amigo de Salvador, el doctor Montero (Tony Carbajal) que es pediatra. Los padres de Beto, el niño enfermo, están separados, y sus divergencias personales inciden en el ánimo de Beto, niño muy inteligente; sin embargo Beto cuenta con el apoyo de su médico y el apoyo de Salvador Medina (Cantinflas).

Especialmente el padre de Beto (Wolf Ruvinskis) se opone a que su hijo sea operado, con el argumento de que no desea que se realicen experimentos médicos con la salud del niño, aún cuando la cirugía es la única vía de salvación para él. No obstante, llega un momento en que la situación para Beto es tan grave, que el doctor Salvador Medina decide efectuar una cirugía urgente, pues el joven paciente ha perdido la visión; de modo que es intervenido contra la opinión de su padre, y arriesgando su condición de continuar ejerciendo la profesión de médico.

Por fortuna, todo sale bien y gracias al apoyo de su amiga enfermera, de Laura (Marta Romero) y del mismo doctor Villanueva, Salvador Medina sale airoso. Beto va en vías de recuperación y, además, en el pueblo natal del doctor Medina, es inaugurado un nuevo hospital que quedará bajo su dirección.

Los padres de Beto se reconcilian y se disculpan con el doctor Medina, quién a su vez recibe la aceptación del doctor Villanueva y de su hermana Laura que pasa a ser, oficialmente, la novia del doctor Salvador Medina.